CALLES TRASLUCIDAS
Culpable me siento, por no ser capaz de abastecer a todos los "Te Quieros" que albergan en el ático de las promesas incumplidas, aquellas que se humedecen en cada solsticio y que llegan de paso a este hostal pusilánime. Un hostal tan cambiante, tan desmotivante, y tan vago de fe, que apenas son calles traslúcidas, desde donde pretenden enamorarme tales ciudades a golpe de calzador de hierro. Al final cabo, solo son calles todas ellas, las que me regalan sus encantos con su manto, sus devociones sin excepciones, sus ternuras con hambrunas, y sutiles entretelas por doquier, hasta el penúltimo amanecer. Culpable me siento, porque este hostal desventurado esta tan ocupado de realidades caducas, que apenas caben mas ciudades previsibles, o mares con sus salinas, desde donde cae una y otra vez... ...a la llana acera proveniente desde aquel enigmático ático lagrimal eterno.