GRIETAS EN LA MEMORIA
Para
Antonio arenas…
Una patria diáfana en portada,
un himno instigado de intriga y sin coartada,
una historia como tantas…
amparada en su última hornada.
Digamos que fue en la prosaica trastienda…
donde se hallan las grietas de la memoria,
…un pasado aderezado con el poso culpado,
de un habitad alterado…
y la constelación que órbita en su cuerpo postrado.
Un seísmo a gran escala y una mesa sin mantel,
fueron juez y parte de una penitencia
que lleva por
ancla…un abovedado castigo
y la
primigenia autoflagelación…
un confesionario de cuatro pilares corintios
rociado de escombrera…exento de brincos.
Sobrevivía Jaime al son de aquella balada triste
del tedio…que
componía:
la ardua cantata
de réquiem embasada en la niñez
que encorsetaba
su irreverencia,
el fantasma de aquel amor adolescente
sepultado en el Atlántico,
como cual…Triangulo
de las Bermudas…
…sin rastro…y sin sombras,
una esposa servil y dispuesta a cicatrizar heridas
de cuya
pus…emanaba reliquias amorosas,
añejas de pelaje...en contenidos bárbaros con peaje.
Una vileza nocturna y atropellada
le dejó tras
de si…
la miedosa huida hacía si mismo,
que le asfixiaba en su secuestro…
…de aquella amante que deambulaba…
…entre sus visillos rostros,
entre obradores cuervos…
entre sabanas pusilánimes…
Jaime no tuvo mas…que jugar…
una timba férrea contra la muerte,
el delirio de verse encapsulado
en el ser de luz que coagulaba
el espacio de un segundo…
donde sintió…
el todo y la nada
en el ático de su sepultura ondulada.
Una afilada herencia repleta
de encrucijadas e interrogantes,
su esposa ahogada de dudas…
partió y se reunió con su Judas
a la séptima Jaima tangible,
esa que hace algún tiempo
dio sentido a su amor convertible.
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